7.45 am
Entrar a clase, dejar la mochila y la carpeta. No hay ganas de nada. Preparas la materia que toca a primera y sacas los estuches. Un día cualquiera, normal, llegas medio dormida y no sabes que hacer.
De repente, ¿Qué oyes? El sonido envolvente de unos macro-cascos de los que se escucha una gran canción, Qué canción! "Fuck you", Cee Lo Green... y claro, darte la vuelta.
Detrás tuya, ves "un algo", alguien. Un ser de pelo rubio distraído que, como si de un imán se tratara, clava sus enormes ojos azules sobre tí, y pone uno de sus mil y un caretos que hacen que sea imposible que no se te escape una sonrisa.
Y decides empezar una conversación, a la que se une más de una persona, de diversa raza o tamaño, que le siguen el rollo de tal manera, que hacen que esa sonrisa con la que empezaste el día se convierta en una carcajada.
Y así sucesivamente, pasan los días y te das cuenta de que hay personas que poseen la capacidad de alegrar tu día a día, con cualquier bobería que hagan, canten, digan o imiten.
Es irremediable, porque esas personas hacen huella en tu corazón cual tinta plateada en un oscuro estuche, convirtiéndolo en algo especial, único e inigualable.
Y te preguntarás, ¿Qué tiene de especial un "absurdo" miércoles? Yo tampoco lo sé, pero una cosa está clara, y es que hay millones de personas geniales, pero tan solo una con la que pasar inolvidables momentos con el simple hecho de leer el santoral de una agenda; y esa es la razón de que hoy le diga al mundo que "sonría conmigo" porque he tenido la suerte de encontrar a una de esas personas, a tí.
¡Gracias, Don Juan Tenorio!
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